viernes, 7 de agosto de 2015

A los 30 años de las Hermanas Doroteas

Leo en el Nº 147 de la revista diocesana COMUNIÓN (marzo 1984) una noticia referida a las Hnas. Doroteas de Cemmo: En enero pasaron unos días en nuestra diócesis las Hnas. Teodolina, Kati, Magdalena y Lina, miembros de esta congregación, que residen en Santiago del Estero (R.A.).

Se hospedaron en el Obispado, participando en actividades misioneras en barrios y en zonas de campaña de la Catedral, San José y Fraile Muerto. Un año después, se concretaba la llegada de las Hermanas Doroteas a la diócesis.

Y así lo consignaba COMUNIÓN (Nº 167) en un artículo que ocupaba entera una de sus páginas: Una nueva comunidad religiosa entre nosotros: Las Hermanas Doroteas di Cemmo en el centro de Promoción de Melo "LOS POBRES SON EVANGELIZADOS" El 14 de marzo llegaron a Melo, provenientes de la Argentina, las Hermanas Doroteas di Cemmo, para establecerse, como comunidad misionera de inserción, en el Centro de Promoción Social y Capilla del "Sdo. Corazón" de Melo (Barrio Mendoza, Kiosco 5).

Como cada vez que una Comunidad Religiosa se ha afincado entre nosotros, esta fecha quedará indeleble en la historia de nuestra diócesis. Vinieron acompañadas por la Madre General, Myriam Pedroti, quien viajó desde Brescia (Italia), con dos de las Hemanas que forman la misión: Luigina y Estela. Las otras dos, HH. Teo y Magda, vinieron de Santiago del Estero. Luego de alojarse unos días en el obispado, y de despedir a la Hna. Myriam, que regresó a Italia, pasaron a ocupar la casita junto a la capilla, el sábado, en vísperas de la Semana Santa. El domingo de Ramos fueron cálidamente recibidas por la barriada. la recepción solemne y oficial se hará cuando pasen a ocupar la residencia definitiva, actualmente en construcción.

Durante la Misa se señaló la gozosa disponibilidad de quienes, como estas Hermanas, todo lo dejan para darse por entero a los que más necesitan en zonas marginadas de nuestro pueblo, respondiendo al llamado de Jesús. Se destacó la obra de base realizada allí mismo por ese campeón de la generosidad que es el P. Asdrúbal, que dejó tan honda huella en los barrios que circundan el Centro de Promoción.

Llegan las Hermanas para proseguir con renovado entusiasmo una labor misionera que se extiende a horizontes tan amplios y estupendos, como los que se divisan desde la casita que hoy ocupan. Bienvenidas, Hermanas Doroteas y gracias por el coraje y la alegre decisión de hacer realidad hoy, y en nuestra diócesis, el anuncio liberador de Cristo: "Los pobres son evangelizados..."
Beata Anunciata Coccheti
Nació en Rovato (Brescia) el 9 de mayo de 1800; a los siete años quedó huérfana de ambos padres, por lo que quedó al cuidado de su abuela paterna, que la formó en la piedad. Los sacerdotes de la parroquia de su ciudad -en especial el padre Lucas dei Conti Passi- fueron sus directores espirituales y guías en el crecimiento.

A los 17 años Anunciata abrió en su propia casa una escuela para niñas pobres, y a los 22 se diplomó de maestra. Es por aquella época que conoce a santa Magdalena de Canossa y se propone abrir una casa «canosiana» en la zona de Brescia, pero el intento no fructifica, y Anunciata ve que está llamada a otro camino paralelo.

Dos años más tarde muere su abuela, y Anunciata queda a cargo de su tío Carlos (que era ya tutor de algunos hermanos de ella), de ideales más políticos y "modernos", que proyecta para la joven maestra un casamiento de buena posición en Milán. Pero la beata no renunció a su vocación religiosa, que cada día veía más clara y firmemente. Adquiere experiencias en Milán, pero los planes de su tío no se realizan, y siguiendo la guía del padre Lucas, se traslada seis años más tarde a un muy pequeño pueblo, Cemmo in Valcamonica, donde se hace cargo de una escuela abierta por una señora noble, Erminia Panzerini, desde 1821, pero que hasta el momento no había conseguido arraigar: se trata de la «Obra de Santa Dorotea». Anunciata colabora fielmente con la fundadora y lleva adelante la obra, ampliando las iniciativas de estudio y asistencia a los jóvenes.

Sin embargo no es aun religiosa. Recién cuando muere la Sra. Panzeri, en 1842, Anunciata se traslada a Venecia, e ingresa como religiosa de las Hermanas Doroteas fundadas por el P. Lucas. En ese mismo año retornó a Cemmo, y al año siguiente emitió los votos perpetuos. Prácticamente puede decirse que es la religiosa fundadora del Instituto. Su tarea espiritual al frente del mismo se desarrollará aun por cuarenta años más.

Cada domingo recorría los pueblos vecinos, afianzando a las colaboradoras de la Obra, y contribuyendo al desarrollo de la vida parroquial en cada uno de ellos. En 1853 establece un noviciado propio en Cemmo y comienza a difundirse fuera de Italia.

Murio a los 82 años, el 23 de marzo de 1882, y desde 1951 su cuerpo reposa en la casa madre de la Congregación, en Cemmo. Fue beatificada en 1991 un 21 de abril por Juan Pablo II.
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Nota y foto de Diario El Profesional
El próximo día domingo 16 de agosto las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo, de la  Parroquia Jesús Buen Pastor ubicada en Ruta 8 a Montevideo, celebran sus 30 años de permanencia en nuestra ciudad. Por esta celebración El Profesional dialogó con la Hermana Estela quien expresó lo siguiente: “en un principio éramos tres italianas y una argentina, si bien  personalmente no he vivido estos 30 años sino la mitad de ello en Melo para mi este es un momento de grandes recuerdos y al mismo tiempo de renovación. Llega un momento en la vida de una persona en la que  se debe de remplazar muchas cosas, todo ha cambiado la cultura, la sociedad e incluso la misma Iglesia católica tiene otro rostro. Yo llevo en el corazón la manera en que los melenses en general nos recibieron, con mucho cariño y familiaridad” sostuvo.
Al referirse sobre su comienzo en nuestra ciudad, la Hermana Estela destacó que su primera acción al llegar a nuestra comunidad fue conocer la ciudad y su ambiente: “lo primero que hicimos fue acercarnos a la gente con todo nuestro carisma caracterizado por la animación, sobre todo para la mujer y por los jóvenes. Este carisma que se nos ha dado, este don que Dios da a una congregación para que se lo pueda poner en servicio, el nuestro es la promoción de la vida a través de la amistad evangélica”. La Hermana Estela afirmó que: “la amistad ha sido según mi conocimiento el gran don que hemos recibido y que hemos tratado de ofrecer” concluyó.

Sobre los recuerdos que le generan estos 30 años afirmó que: “si bien comenzamos 4 hermanas y hoy en día somos dos, la gente está más preparada para lanzarse sola, para tomar decisiones solas y hacer un camino de fe con el acompañamiento de nosotras. Estamos muy agradecidas a la gente que nos ha acompañado hasta ahora y aquellos que hoy en día nos acompañan con la cual compartimos nuestra vida y nuestra fe”.

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